No debería ni de estar aquí {Alice}

Estaba cansado de estar huyendo de mis emociones o sentimientos, tenía que estar con Alice y sabía exactamente donde estaba, no era nada más necesario que un poco de genio e instintos inhumanos, eso era todo. Jack no la había dejado sola ni un segundo los últimos meses, pero ahora que su hermano se había transformado por fin la había dejado sola y sobre todo volver a casa. No me gustaba espiarla, pero era la única forma de poder estar con ella, moría de ganas de pelear a muerte con Jack pero Ezra se lo tomaría muy mal e incluso inmaduro de mi parte.

No sabía si entrar por la puerta o por la ventana, en general no me preocupaba por situaciones así, pero ahora tenía que estar con ella. Vi como su madre salió a trabajar alrededor de la 1 de la madrugada y ese fue mi boleto para entrar en su casa viendo como su madre drogadicta y despreocupada salía a “trabajar”, aunque yo sabía lo que hacía, me era difícil imaginar que Alice fuera su hija.

Entré a la habitación de alice cerca de una lámpara y la vi dormir, estaba un poco inquieta pero aun así su visión dormida era hermosa, como la recordaba. Caminé un paso pero hice caer la lámpara y esta se estrelló rompiéndose en mil pedazos haciendo que Alice se despertara y me volteara a ver, pero no había mucha luz, tardaría unos segundos en reconocer quien era yo.

-No pretendía despertarte- susurré caminando a su cama dejando que la luz de la luna me iluminara y sintiendo los latidos de alice descontrolados.

Hace unas horas Jack me había mordido en su casa, yo lo había deseado con todas mis ganas, pero el en vez de estar feliz como yo, se había llenado de culpa y se obligaba a no verme, incluso mientras hablaba con Mae le había dicho que no quería que me acercara a el, y por eso estaba en mi casa, mi departamento basura con mi madre quien pensaba que no era más que un error en la vida. Yo había pasado mi vida entera peleando con mi madre, siempre era la irresponsable y mi hermano Milo el responsable, pero ahora mi hermano era vampiro, eso debía contar irresponsabilidad. Me ponía celosa la atención que todos le ponían a Milo ahora que era un vampiro recién nacido, era como si lo cuidaran demasiado, incluso Jack que ahora debería estar cuidándome por la herida estaba con Milo ayudándolo con la alimentación.

Ignoré lo que mi madre me decía y entré a mi habitación con lágrimas en los ojos, no podía creer cuantas cosas habían cambiado desde que Peter se había ido, todo había cambiado mucho y lo echaba de menos. Me dirigí al espejo de mi habitación y me observé el cuello, allí estaba la marca de los dientes de Jack, no había curado la herida, había sido hace unas 3 horas, la sangre había parado pero la cicatriz seguía allí. Había perdido como mínimo 1 litro de sangre y me sentía muy débil. A penas podía mantenerme en pie sin caer, Ezra había dicho que había sido suerte que Jack no se tomara más. Me explicó que el cuerpo humano tiene alrededor de 6 litros y que perder 1 era mucho, que tenía de descansar y eso hice. Le grité las buenas noches a mi madre pero sólo recibí un >ajá< y me acosté en la cama.

Mis sueños no eran más que pesadillas. Primero los celos de mi hermano cuando estaba con Jack, era increíble que mi hermano gay sintiera tanta atracción por mi novio Jack que ni lo dejaba estar conmigo, eso me ponía celosa de algún modo. Luego pasó a ser otra parte de la pesadilla, a Mae sin preocuparse por mi o a Ezra sin hablarme, pero lo peor, a Jack yéndose como Peter lo había echo, abandonándome.

Escuché como algo se tronó en la habitación y me desperté de golpe sentándome como instinto en mi cama y viendo los pedazos de vidrios rotos que estaban en el piso, mi lámpara se había caído o la habían tirado.

-¿Mamá?- dije en susurro pero mi madre nunca entraba a mi habitación sin gritarme primero, no debía ser ella.

Intenté concentrarme en la silueta que tenía al frente, no veía nada, salvo esos asombrosos ojos verdes que brillaban con intensidad por la noche. Mi corazón se agitó como nada y todo mi cuerpo aún débil comenzó a sentir un cambio al saber quien era. No podía creer tenerlo en mi habitación, debía ser algún tipo de alucinación a causa de la pérdida de sangre, pero no, Peter estaba allí iluminado por la luna y con aquella voz tan hermosa que llenaba mi mundo de vida.

Hice un esfuerzo por levantarme pero las piernas no me respondían, nada me respondía, la debilidad era muy grande. Lo miré, no quería que al desviar la mirada no estuviera, pero si eso pasaba sabría que no se trata más que de una alucinación. Cerré los ojos con fuerza y los abrí pensando que ya no estaría, pero allí estaba, tan perfecto como siempre.

-No.. n-no te preocupes, no pasa nada- dije con voz débil pero al fin logrando poder hablar- ¿Qué haces aquí Peter?- pregunté sosteniéndome de la cama para no caer de la debilidad.

El sonido del corazón de Alice alocado me producía una especia de satisfacción, era como si deseara llamar mi atención y vaya que lo hacía muy bien. La miré pero había algo raro en ella, no estaba tan bien y viva como siempre, estaba débil e incluso parecía como si en cualquier momento fuera a caer en la almohada de la cama, y solo podía haber sido por algo, alguien la había bebido y ese alguien no tendría mañana si se trataba de mí.

Vi como cerraba y abría los ojos como asegurándose de que estaba allí y me limité a sonreírle sin moverme, tenía que notar que fuera de su debilidad yo me encontraba allí y no era su imaginación.

Me preguntó que hacía allí y me senté en la esquina de su cama poniendo mi mano sobre la suya sintiendo como a ella se le aceleraba más el corazón y a mi el deseo, era una reacción que jamás terminaría de explicarme. Le sostuve la mano con la que ella se sostenía para no caer y le sonreí con cierto temor de que no fuera lo que ella esperaba.

-No creo que pudiera aguantar un día más sin verte- dije sin más, eso debía contar como una respuesta a su pregunta, venía aquí por ella y para saber como estaba. Sus ojos se cerraban y abrían y yo quería que los mantuviera tan abiertos como pudiera, al día siguiente seguramente terminaría escapando por su ventana, no quería que mi familia se enterara que estaba con ella.

Me paré pero sentí como su mano se aferraba a la mía como haciendo un esfuerzo por tener fuerzas para detenerme pero aun así con delicadeza me solté y me puse de pie, ella me siguió la mirada hasta notar lo que yo quería hacer. Me senté de su lado tan cerca que sentía el calor de su piel con la mía y nos estremecía a los 2.

Acerqué mis labios a su cuello, iba a morderla y sentía en sus latidos que lo deseaba pero me detuve cuando sentí el olor de su sangre amarga y me aparté rápido mirándole a los ojos.

-Hueles a el- dije mirándola y luego mirando la cicatriz de su cuello, olía Jack en todas partes, ese idiota la había bebido- ¿dejaste que te mordiera, por eso estás débil?- pregunté con un tono más elevado de voz y algo furioso en verdad, aunque era más los celos que sentía por mi hermano que otra cosa.