Entre celos, pasión y una nueva vida {Peter & Jack}

Legué a la casa de los Townsend seguida de Jack quien no me quitaba la vista por ningún motivo. Hace unos días el y yo habíamos intentado dormir juntos en un sofá, sólo dormir, pero las cosas no había salido bien, el deseo que había sentido por el había acabado con su voluntad y había echo que perdiera el uso de la razón hasta el punto de beber mi sangre, aunque sabía que eso significaba la muerte para los 2, sin embargo Peter no estaba aquí para matarnos, el nos había abandonado y no tenía que temer que viniera a asesinarme por darle mi sangre a su hermano y oler como el.

Echaba de menos a Peter más de lo que debería, necesitaba saber que estaba bien y sabía que Ezra había estado en contacto con el, pero Mae me había dicho que era mejor mantenerme alejado de el mientras estuviera con Jack, y eso iba a hacer, lo amaba y no iba a dejar que su asombroso hermano viniera a arruinarnos.

Matilda nos recibió como siempre y jack le acarició el pelaje para después indicarle que se fuera al otro patio. No había rastro de Mae o Ezra, la casa estaba vacía. Tomé la mano de Jack pero vi como se retiraba y me miraba en modo de disculpa. Desde aquella ves que bebió mi sangre se había mostrado distante hacia mi y eso no me hacía sentir para nada bien, sentía que todo era mi culpa, si yo no lo hubiera obligado a besarme nada de esto habría pasado, pero no estaba arrepentida de nada, sus caricias y su deseo de mi había sido excelente, quería más, era como estar de nuevo con Peter.

Pensar en Peter hizo que Jack se pusiera rígido y comenzara a caminar para adentrarse a la casa y yo hice lo mismo siguiéndolo. Cuando pensaba en Peter un deseo recorría mi cuerpo y eso era como decirle a Jack un perfecto >>bébeme<< por eso no debía pensar en Peter. Aquella noche que me mordió, había pensado un momento en Peter, quizá por ese deseo me mordió.

Lo miré a sus hermosos ojos azules y medio sonreí, no quería a Jack lejos, lo quería cerca aunque de ello mi vida dependiera, no me gustaba que me evitara, había perdido a Peter y ahora no quería perderlo a el.
-No puedes evitarme todo el tiempo, lo que pasó no es tu culpa Jack- solté de repente y me acerqué a el sin ver su rostro.

Había ido por Alice a su casa para llevarla a la mía pero a penas y podía mirarla, no podía hacerme la idea de que había bebido su sangre después de saber que esa sangre era de mi hermano Peter quiera o no. Besar a Alice y más que nada beber su sangre había sido tan excitante como el sexo mismo, cuando una persona a la que amas se deja ser bebida es como si te abrieran las puertas del Paraíso. Antes de beberla había notado como su pulso se aceleraba y eso solo indicaba una cosa, pensaba en Peter, pero aun así se dejo ser bebida por mi, porque una parte de ella me amaba, una parte que no era su sangre.

Llegamos al patio delantero de mi casa y matilda vino corriendo hacia mí como siempre para recibirme, le acaricié su pelaje en modo juguetón y le di una señal para que se retirara. Empecé a agudizar mi oído en busca de un movimiento de Ezra o Mae pero al parecer no se encontraban en caza, seguro se habían ido a alimentar y nos habían dejado tiempo a solas a Alice y a mi para pensar las cosas.

Sentí el contacto de la piel de Alice en la mía y la retiré con delicadeza mirándola con disculpa, nada podía borrar lo que había echo y me sorprendía que no me tuviera miedo, se seguía mirando con aquella mirada de amor, pero no como miraba a mi hermano.

Sentí un leve golpe en el corazón de Alice y vi como pensaba en Peter, sólo el podía hacer que su corazón se moviera a gran velocidad, eso me hizo ponerme en posición rígida y comencé a caminar hacia la casa dejando a Alice atrás, no quería hacerlo pero no podía permanecer mucho tiempo a su lado mientras pensaba en mi hermano.

Alice me siguió y escuché que hablaba, tenía razón, sólo asentí y mire también sus ojos –No te evito, solo que ¿podrías dejar de pensar en él mientras estás conmigo?-solté apartándome y mirando hacia las escaleras donde se escuchó un escalón crujir.

Había estado entre país y país intentando distraerme de todo lo que estaba pasando, no quería dejar a Alice en manos de Jack, no podía permitir que el la hiciera suya o que bebiera de ella, si algo así pasaba no me la pensaría 2 veces para arrancarle su cabeza, ella era mía, su sangre me pertenecía y el lo sabía, no había nada que hacer, el no podía hacer nada para alejarla de mi.

Recordaba su pulso acelerarse cuando me veía, o aquella vez que bebí su sangre la manera en que nos excitábamos los 2 tras el transcurrir de ese líquido rojo entre los 2, la manera en que ambos nos mirábamos, pero después recordé la vez que la quería matar y como Jack la había salvado… de mi.

Decidí que ya era tiempo de verla, de ver a mi familia, de regresar a casa o al menos ir por algunos libros para no aburrirme, andar por la ciudad no era divertido, no cuando tienes la preocupación de que tu chica y tu hermano andan por allí entregándose en uno al otro.

Entré en la casa pero no había nadie, Mae y Ezra seguro habían ido a algun otro lado, y Jack tampoco estaba lo que aseguraba que Alice tampoco lo estaría.
Subí hasta mi habitación que estaba como siempre, en la cama estaba aun la sangre de Alice pero fresca, la sangre que había manchado las sábanas cuando la había bebido por última vez. Los recuerdos me abrumaron.

Empecé a oler todo y olía a ella, había estado en mi habitación durante mi ausencia, me había extrañado o echado de menos, no me había pasado por alto.
Escuché el ruido del auto de Jack cerrarse y me asomé por la ventana mirándolo a el con Matilda y después centrando toda mi atención en Alice, quien intentaba tomar de la mano a Jack pero este se negó, ¿Por qué se negaría?.

Bajé lo suficientemente rápido las escaleras para escuchar a Jack hablar con un tono algo enojado y al escuchar que el escalón sonó yo salí de las escaleras y de las sombras para mirarlos a los 2. Primero a Jack enojado y luego a Alice con un corazón a un ritmo muy agitado.

-¿Pensabas en mí?- pregunté a Alice acercándome, pero Jack me bloqueó el paso haciendo que me quedara enfrente de el, pero no aparté mi mirada de Alice –No olvides respirar Alice- le dediqué una sonrisa evitando la mirada asesina de Jack.