Te encuentro después de tanto tiempo de buscarte [Annie]

Un caso se había presentado y Dean y Sam había ido a investigar el lugar, yo por otra parte tenía que ir a investigar la parte mas aburrida en la biblioteca. Cuando tenía mi vida normal amaba leer más que nada era divertido, además yo estudiaba medicina y necesitaba el hábito de la lectura. Entre por la enorme puerta de la biblioteca y saqué la credencial falsa de biblioteca que me había dado Dean, pero no me gustaba nada mentirle a las autoridades, aunque nosotros no teníamos opciones, ningún cazador las tiene.
Mientras pasaba por los lugares de la biblioteca en busca de la sección de hechos para normales, sentí un fuerte olor, era uno que reconocería en todos lados, Annie, debía estar alucinando.
Hace un año mis hermanos, Annie y yo nos habíamos enfrentado a un grupo de Golds pero yo había muerto y Annie me había visto morir, incluso no estaba seguro si ella estaba con vida, o no lo estaba hace 5 minutos, porque ahora estaba aquí, podía sentirla, era como parte de mi.
Tomé un libro pero no era el que buscaba, a la hora de regresarlo empuje con bastante fuerza que se cayeron del otro lado tirándolos a alguien que dio un grito de susto.
Fui hasta donde los libros se habían caído y allí vi a una chica recogiéndolos, pero no cualquiera.
-Annie..- dije pero no podía hacer más que abrazarla y sentirla en mis brazos después de un doloroso año.

Había escuchado que un caso estaba cerca, no sabía si otros cazadores estarían en esto como yo, pero quería averiguar porque esas muertes tan repentinas, comenzaba a creer que otro de los sellos del Apocalipsis se había roto, últimamente los ángeles no hacían nada. Tenía varios amigos en las puertas del cielo; Castiel, Miguel, Gabriel… pero ninguno parecía poner atención a los sellos, se lo dejaban todo a los hermanos Winchester y por tanto todos los cazadores nos implicábamos en eso.

Llegué a la ciudad pero no vi mucho, la escena del crimen estaba cerrada salvo por 2 chicos muy conocidos que estaban en el lugar investigando. Hace un año no había visto ni a Sam ni a Dean, no quería verlos por lo que le había pasado a Adam. Sabía que no era culpa de ellos su muerte, pero no habían echo nada para impedirla y eso me molestaba, Adam había sido muy importante para mi y se había ido.

Me fui del lugar sin que Sam y Dean me vieran y caminé hasta la biblioteca, tenía ciertas cosas que investigar. Entré y estaba un poco vacía, en realidad muy vacía para lo que siempre esta, eso me hizo ponerme alerta pero sin parecer una paranoica.

Me fui a la sección de homicidios una atrás de la sección paranormal y busqué los libros, estaba muy concentrada en todos y cada uno de ellos pero la concentración se me fue cuando todos los libros que se encontraban delante de mi salieron disparados hacia el suelo y yo solté un grito del susto, no me lo esperaba.

Deje el libro que leía para recoger los que se habían caído al piso, agachándome viendo los títulos de los libro para después alzar la mirada y ver aquellos ojos que había creído apagados, aquel chico que hace 5 minutos lo había tomado por muerto.

-Adam- dije sin aliento e hice lo mismo que el, lo abracé con fuerza y no me importó las miradas que nos lanzaban los que se encontraban en la biblioteca.

Comencé a sentir como lloraba de la emoción, estaba vivo, los ángeles de seguro lo habían regresado, habían cumplido su promesa. Empecé a pasar mis manos por su cuerpo asegurándome de que no solo era alucinación mía, escuchaba su risa y no pude evitar sonreír con lágrimas en el rostro.

-Es increíble, estas aquí- lo abracé incluso más fuerte que antes mirando que los libros que comencé a recoger estaban aun en el piso.

Me abrazó, no me había olvidado al menos, todo estaba como antes. Sentirla en mis brazos me hacía sentir más vivo de lo que pude estar antes de morir, era una sensación que no había sentido en mucho tiempo. El morir era horrible, todo vacío, pero si tuviera que morir para sentir esto lo haría mil veces por ella, por sentirme así de nuevo.
Me apenaba de las miradas que nos lanzaban, incluso no deberíamos hacer escenas dentro de lugares públicos, pero no lo podíamos evitar, después de un año de vernos, después de creer que yo había muerto para siempre un abrazo no se podía evitar.
Annie empezó a llorar y yo la abrazaba para que no lo hiciera, pero su felicidad era evidente, tan feliz como yo lo estaba. Pasos sus manos por mi cuerpo asegurándose de que estaba allí, o eso creo, yo comencé a reír, se veía tan patética llorando y toqueteándome en plena biblioteca, pero me gustaba.
-Muy increíble, parece que los ángeles aun no quieren dejarme ir- sonreí y le devolví el abrazo pero estaba al pendiente de las miradas y me alejé un poco.
Me agaché y recogí los libros que estaban en el piso y los dejé en su sitio, para después mirar la hermosa figura de Annie allí parada observándome como si no se lo pudiera creer aun.
-Estoy vivo, no me mires así- reí y después me paré en seco al ver la sección en la que estaba- ¿Te enteraste de las muertes cierto?- pregunté quitándole su cabello que tenía en el rostro, pero solo buscaba excusas para tocarla.

Era como de esas cosas imposibles de creer, incluso siendo cazador hay cosas que no puedes siquiera creerte, una de esas era la resurrección. Recuerdo cuando Dean resucitó y ahora Adam estaba aquí por medio de eso, no podía dejar de mirarlo incluso cuando se agachó para recoger los libros del suelo y colocarlos en sus lugares correspondientes, no sabría descifrar con certeza mi mirada, pero estaba segura que reflejaba cariño y felicidad, lo mucho que quería golpearlo por hacerme sufrir un tiempo con su muerte.

Vi como se dio cuenta de la sección y me preguntó sobre las muertes, yo asentí pero antes de responder sentí sus manos sobre mi rostro apartando el cabello que tenía enfrente. Cuando estaba con el se me olvidaba mi edad, tenía 15 y el 19, estaba claro que entre el y yo no podía haber nada, eso dolía un poco. No quiero decir que me gustara pero a veces las cosas son así.

Le sonreí a medias y me aparté con un movimiento rápido, si no podía estar con el no tenía porque tentar a la suerte con fantasías absurdas, no tenía ningún sentido.
-Si, vine a investigar el caso, supongo que tu y tus hermanos vinieron por eso- dije en susurro antes de que nos corrieran del lugar por andar hablando.
Tomé el libro que leía un principio y le enseñé la foto del viejo que probablemente era un fantasma quien mataba a todas aquellas personas en el hotel.

-Es el, el fantasma que cazamos fue incinerado y no quedan restos de el o al menos eso se dice, tenemos que buscar el ADN en alguna parte del hotel, creo que Sam y Dean saben más de esto- dije cerrando el libro de golpe y devolviéndolo a su sitio.
Le di la espalda cerrando los ojos, aun no podía creer tenerlo aquí frente a mi, era demasiado raro volver a verlo, incluso después de todo tenía miedo de tenerlo vivo.

-¿Por qué regresaste?- pregunté sin sonar grosera, más bien quería respuestas-¿Te trajo Castiel?-

Estaba extraña, como si una cosa pasara por su mente y se llevara toda la felicidad que hace unos segundos estaba con ella, ya no estaba feliz, parecía como preocupada por lo que pudiera pasar en un futuro. Yo aparentaba mis 17 pero había estado muerto 2 años en el infierno y era equivalente a 1 humano, así que tenía mis 19 años y ella iba para los 15, no debería enamorarme de una niña, no es algo que yo hiciera comúnmente, pero cuando cazaba, cuando hacía otras cosas juraría por todo el santo cielo que aparentaba más años que yo, era tan perfecta que no me extrañaría que aquel vampanez la siguiera acosando.

-si, vinimos por eso, Bobby nos llamó- dije un poco cortante, tanto como ella, pero igual en susurro.
La escuché, pero me perdía con el sonido de su voz, 2 años sin escucharla hablar, ahora era como caminar en nubes. Cuando estaba vivo antes de morir tenía novia y amigos y no conocía nada de cazar, pero seguramente habría dado todo por conocerla, así que no me arrepiento por morir, gracias a ello había conocido a Annie y mis hermanos.

-Sam y Dean se encargarán de todo, creo que podrán resolver esto sin mi- dije y me iba a acercar mas a ella pero de dio vuelta y su rostro fue sustituido por su largo cabello color chocolate que caía sobre su espalda.
Sonaba rara, distante al hacerme las preguntas, pero había preguntado con un tono que me era imposible no contestar, siempre le contestaba todo porque no podía negarle nada, ni siquiera respuestas.

-Regrese porque necesitan mi ayuda los ángeles, no se que papel desempeño en todo esto pero me necesitan por algo, creo que ahora soy parte del evangelio Winchester- contesté e hice que se diera la vuelta para mirarme, nuestros rostros estaban cerca, me agaché un poco para quedar peligrosamente cerca de su rostro y mirarlo más de cerca como pudiera- Si, Castiel me trajo- contesté y le tomé la mano- la otra razón por la que volví fuiste tu, no podía dejarte ni olvidarte por más que quisiera, la sola idea de imaginarlo me hacía querer volver cada vez mas-le acaricié la mejilla sonriendo, quizá Castiel tenía razón; el Winchester se había enamorado de la persona menos indicada.